VALORES CENTRALES DEL PROCESO DE
INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
Parafraseando un poco, la actividad científica consiste en
inventar una posible explicación del mundo y ponerla a prueba, a la
representación de dicha explicación la llamamos modelo, en cuya elaboración
trascendemos con los instrumentos aceptados por la tradición científica. Algunas
implicaciones para la formación de investigadores y científicos.
Las preguntas específicas planteadas sobre la
reproducibilidad y la replicabilidad implican una amplia percepción, adquiere particularidad,
cuestionamiento y transformando el conocimiento científico, los conceptos
centrales para la investigación científica al analizar, la naturaleza de la
ciencia, además de delinear los valores centrales del proceso científico; esbozamos
el proceso científico de recolección y asimilación del conocimiento científico,
a través del descubrimiento, la confirmación y la corrección, además destacamos
el proceso de inferencia estadística, que ha sido el foco de fallas en publicaciones
para confirmar los resultados.
Nace la pregunta, ¿qué es ciencia?, será un modo de
investigación que tiene como objetivo plantear preguntas sobre el mundo, llegar
a las respuestas y evaluar su grado de certeza a través de un esfuerzo sistémico,
diseñado para garantizar que estén bien fundamentados, además debe considerarse
la interpretación de manera amplia por que abarca factores; también fenómenos
naturales a diferentes escalas de tiempo y duración; fenómenos sociales y de
comportamiento; matemáticas y ciencias de la computación, entre otros; la
investigación científica se centra en cuatro objetivos principales:
- Describir el mundo (por ejemplo, clasificaciones de taxonomía)
- Para explicar el mundo (p. Ej., la evolución de las especies)
- Para predecir lo que sucederá en el mundo (p. Ej., pronóstico del tiempo)
- Para intervenir en procesos o sistemas específicos (p. Ej. potencia económica o ingeniería de mejores medicamentos).
El interés humano en describir, explicar, predecir e
intervenir en el mundo, esta apreciación es tan antigua como la humanidad
misma. Desde siempre los individuos han tratado de percibir el mundo y utilizar
este intelecto para promover sus intereses, por ejemplo los isleños del
Pacífico usaban el conocimiento de las estrellas para navegar por los mares; como
también los chinos desarrollaron sistemas de alerta de terremotos; muchas
civilizaciones modificaron o adecuaron plantas para la agricultura; matemáticos
de todo el mundo desarrollaron leyes, ecuaciones y símbolos para cuantificar y
medir, con el trabajo de figuras tan eminentes como Copérnico, Kepler, Galileo,
Newton y Descartes, en su momento una corriente revolución científica en Europa,
en los siglos XVI y XVII, que intensificó la evolución del conocimiento y la
comprensión del mundo, ello condujo a la concepción de modelos y métodos cada
vez más efectivos para promover y generar conocimiento.
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